¿Quién fue Tayuya?

Cuando menos te lo esperas, aparece lo que buscabas. Aunque en este caso aún me falta encontrar algún documento que acredite oficialmente la existencia de quien fue, a todas luces, el hombre fuerte, el cacique, de Salmoral durante décadas. 

Sí, hablo de Julián García Delgado, alias Tayuya. 

No puedo contar aquí, dada esa falta de datos oficiales, cuándo nació Tayuya ni cuándo murió. Ni de qué familia era tampoco. Sí sé que su segundo apellido, Delgado, coincide con el de mi tatarabuela, Elvira Plaza Delgado. Por las fechas es probable que fueran primos. 

Pero vamos a hacer un poco de cronología antes de nada: 

La primera vez que en las historias que os voy contando de Salmoral sale el nombre de Tayuya es en aquella que relata el motín de 1871. No concretamente en la noticia sobre la revolución de nuestros ancestros por la subasta de los bienes comunales, sino en la posterior, cuando una breve nota en el periódico en 1880 descubre quiénes fueron los compradores de las tierras que, hasta ese momento, eran de todos los vecinos: Julián García Delgado y Sebastián Galán. 

Nos encontramos, por tanto, a finales del siglo XIX, los años que van entre 1871 y 1880. 

Años después, en 1905, llegamos a la famosa historia del enjuiciamiento del cura párroco del pueblo por el intento de asesinato de un muchacho. Una truculenta situación que fue la cara visible de un problema enquistado desde décadas atrás entre los dos bandos, el del cacique, el cura y sus adeptos, y el de los llamados liberales (el médico y el alcalde de entonces, Emeterio Méndez, entre otros). 

Como recordaréis aquellos problemas de principios del siglo XX se "solucionaron" con una reunión en Peñaranda, en la casa de un diputado provincial, en la que se llegó al "acuerdo" que puso fin, se supone, a las revueltas en Salmoral: la alcaldía volvió a manos de Tayuya. Uso las comillas porque está claro que aquella reunión, tan glorificada después por el cura Nemesio Alonso, tuvo poco de consensuada y mucho de imposición para uno de los bandos. 

Pero, ¿qué ocurrió entre los años 1880 y 1905? Pues, entre otras cosas, que Tayuya acabó con sus huesos en la cárcel, y no una vez, sino varias. 

El 22 de noviembre de 1883 los periódicos provinciales recogen una crónica sobre la denominada "Causa de Tayuya". El relato es largo y difícil de comprender, por lo que me ahorro las transcripciones literales y mejor os hago un resumen. Por lo que se deduce de esa crónica y de otras que se pueden encontrar sobre el tema, el alcalde de Salmoral en aquellos años, el mencionado Julián García Delgado, Tayuya, se dedicaba a presentar denuncias a diestro y siniestro a todos aquellos que no eran de su cuerda en el pueblo. Para ello se servía de unos cuantos acólitos que acudían a testificar -en falso- allá donde hiciera falta. 

Harto de esta estrategia, el Ministerio Fiscal dio la vuelta a la tortilla y enjuició a Tayuya por el delito de denuncia falsa, que era lo que se dirimía en aquel juicio de noviembre de 1883. En el alegato final el fiscal señaló: "hoy que todo se vende, que vivimos en un siglo de puro materialismo, es llegado el momento de hacer ver a todo el mundo que hay una cosa que ni se vende ni cede a influencias de caciques: es la toga que viste el digno magistrado". 

A Tayuya le cayeron por esta causa dos años y ocho meses de prisión correccional más una multa de 350 pesetas de la época. 

Pero no fue este el único juicio en el que se vio envuelto este salmoraleño. En la primavera de 1886 acabó de nuevo en el banquillo de los acusados junto a otros hombres del pueblo por delitos en esta ocasión más graves: robo y disparos con arma de fuego. El resto de enjuiciados fueron Tobías Hernández García, Gaspar Martín Sánchez, Francisco Pérez Jiménez, Santiago Hernández García y Cecilio y Francisco García Plaza. 

Por desgracia, no sabemos cómo terminó este juicio, aunque un comentario en un periódico de 1888 señala que Tayuya estaba en la cárcel en aquellos momentos, por lo que podemos deducir que encadenó varias condenas antes de regresar a Salmoral.  

Un periodo en prisión que no impidió que poco tiempo después, en 1905, reanudara su actividad  y llegara de nuevo a la alcaldía del pueblo, tras la intervención, ya sabemos, de los diputados provinciales. 

Por último, simplemente añadir un recordatorio: las historias locales, como esta, no dejan de ser reflejo de la historia del país al que pertenecen. Los vaivenes entre conservadores y liberales protagonizaron el siglo XIX español y lo que sucedió en Salmoral y en otros muchos pueblos de España no es sino lo que sucedía, a mayor escala, en las altas esferas. Sin olvidarnos de la intervención e influencia de la Iglesia, que siempre tuvo mucho que decir en estas aventuras. Es por tanto, una simple crónica de la historia de nuestro pueblo, que no deja de ser la historia de España. 

Seguiremos informando.