El motín de Salmoral: precedentes y consecuencias

Contábamos en la entrada anterior la historia del motín de Salmoral del año 1871. No acabó bien aquella revolución que venía fraguándose de tiempo atrás. Como os decía en aquella entrada, las subastas de bienes procedentes de las desamortizaciones fueron comunes durante aquellos años y así lo muestran los periódicos de la época. 

Por ejemplo, el 16 de septiembre de 1866  en Adelante (revista salmantina de ciencias, artes, literatura é intereses materiales) se publica la próxima subasta de "una tierra procedente del beneficio curado de Mancera de Abajo" situada en Salmoral, "en el sitio de la Conejera" y que estaba arrendada a Francisco García hasta el 15 de agosto de 1868. Y también de dos viñas que pertenecían a la capellanía de Onquilama (probablemente Honquilana, pueblo ahora abandonado de Valladolid) y que estaban situadas una en el sitio de Piedra Hincada y otra en la Socuesta, también en Salmoral. Estas viñas estaban arrendadas a Ángel Pérez. 



Y así son numerosísimas las tierras de labor, bosques y viñas que en aquellas décadas del siglo XIX cambiaron de propietarios, muchas de ellas en Salmoral. Pasaron de pertenecer a entidades eclesiales a formar parte del patrimonio de los grandes propietarios. Y los habitantes de los pueblos pasaron de ser colonos o arrendatarios de aquellos lugares a emplearse como jornaleros. 

Como os decía también en la anterior entrada, la guinda del pastel fue la venta de los bienes comunales de los municipios, cuando las tierras que eran de todos pasaron a manos de unos pocos. La España del caciquismo comenzaba a gestarse. 

Las desamortizaciones fueron una buena idea mal ejecutada: no se benefició al mundo rural, donde se concentró la propiedad en unas pocas manos, ni al mundo urbano, que se descapitalizó, porque quienes tenían posibles prefirieron invertir en el campo, donde podían conseguir buenas tierras a precios baratos y con mano de obra asegurada. 

Pero lo que os venía a contar hoy es que aquello que sucedió en Salmoral tras el motín del año 1871 no fue legal. Así lo cuenta El Porvenir en diciembre de 1871: 


"El Ayuntamiento de Salmoral ha sido suspendido por el señor Gobernador de esta provincia a consecuencia de los últimos sucesos ocurridos en esa localidad. 

El artículo 180 de la Ley municipal dispone que el Gobernador no puede suspender a ningún Ayuntamiento sin oír antes a la comisión provincial. La primera autoridad de la provincia no ha creído oportuno cumplir con lo preceptado en este artículo. 

Es de esperar del celo e ilustración de la comisión permanente una eficaz reparación en favor de sus administrados, que les escude contra los abusos del poder". 

Por desgracia, no vienen más datos acerca de este hecho. Tan solo años después (1880) se refleja en El Eco de Salamanca la presencia en Salmoral de un comisionado con órdenes de recabar pagos pendientes sobre los bienes nacionales subastados. Dos de los interpelados, Julián García Delgado y Sebastián Galán presentaron a dicho comisionado sus respectivas cartas de pago, fechadas en 1871, 1875 y 1878, que demostraban que estaban a corriente de pago y que no debían nada. Además el secretario del Ayuntamiento de Salmoral, Andrés Prieto Corral, lo certificó y así se publicó en el periódico para que quedara constancia. 

Sebastián Galán, si no estoy equivocada, era el padre de mi tatarabuela Celedonia Galán Plaza. 

Seguiremos informando. 






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