El blog de Salmoral

La entrada de hoy no es reivindicativa ni de investigación de las gentes salmoraleñas. Hace calor, mucho, y el cerebro a veces no da para más. Hoy os hablo de una higuera. Tal cual. Y es que, desde hace algún tiempo se observa un fenómeno curioso en la iglesia de Salmoral. Arriba, junto al tejado, en el lado de la plaza, ha agarrado y nacido una higuera, que crece que da gloria verla y que va alcanzando un tamaño considerable.

Cuentan algunas noticias que durante la cuarentena han aumentado las búsquedas de casas en entornos rurales. La expansión del teletrabajo y, sobre todo, el miedo al contagio ha hecho que muchos se planteen su futuro lejos de las abigarradas ciudades, en entornos más espaciosos, sanos y libres.  ¿Supone esto una oportunidad para el mundo rural, para la España Vaciada? Puede serlo. Pero para eso, como os decía en otra entrada, debemos exigir igualdad de oportunidades en el acceso a la comunicación tecnológica. Poca gente podría teletrabajar desde Salmoral, por ejemplo. Necesitamos conexiones a Internet rápidas y fiables, cobertura de líneas móviles y, de paso, no estaría mal poder ver todos los canales de televisión.  No sé si es mucho pedir.  Y es que imaginemos lo que sucederá en los pequeños municipios cuando se levanten las prohibiciones a los viajes y cuando todavía estemos bajo la amenaza de un rebrote del bicho. Muchos os vendréis, a vuestras casas, a disfrutar de

Sirva esta entrada como fe de errores de la anterior, en la que comencé a desgranar el árbol genealógico del apellido Caballo en Salmoral.  Error porque donde dije que Pablo Caballo (nacido en Santiago de la Puebla, ya sabéis) y Ángela Nieto (salmoraleña) habían tenido seis hijos debería haber dicho siete . Porque no, el segundo Manuel que figuraba en la partida de defunción de Pablo Caballo no era un error del secretario del Ayuntamiento ni un hijo muerto. Era otro hijo llamado Manuel. Me explico:  Pablo Caballo y Ángela Nieto se casaron en torno a 1845, supongo que en Salmoral. Y tuvieron siete hijos:  - Manuel - Fidel (mi bisabuelo) - Antonia - Victoriano - Estefanía - Calista - Y Manuel Sí. Dos Manueles. El porqué repitieron el nombre de su hijo mayor en el pequeño es un misterio, aunque supongo que era costumbre. O quizá al pequeño lo sacó de pila, como se dice en el pueblo, el mayor. Quien sabe. Pero el caso es que así fue. Y así viene refleja

Antes de nuestra hermosa iglesia, hubo otra. Así lo aseguran todas las fuentes históricas. Además tenemos la mejor prueba en el baptisterio , ese lugar a la izquierda de la entrada, bajo la torre, que ahora se utiliza como almacén. Allí hay una impresionante pila bautismal de granito y un arco perfecto, de medio punto, claramente románico, aunque con posibles aderezos posteriores. Ahí nació nuestra iglesia de la Asunción, en el lugar en el que se bautizaba y por el que se entraba al templo, hacia el altar orientado al este. Con probabilidad, aquella primigenia iglesia fue mudéjar , que era el estilo típico del lugar en aquellos tiempos medievales. El estilo mudéjar fue producto de la mezcolanza de aquellos siglos. Artes y oficios islámicos al servicio de la religión católica. Siempre se ha dicho que los mudéjares eran los musulmanes que vivían en las tierras conquistadas por los cristianos. Y los mozábares a la inversa, los cristianos que vivían en tierras musulmanas.

Hace unos días una amiga extremeña me preguntaba por qué nuestros pueblos tienen tan poca población. Por qué nuestras tierras están tan vacías si se comparan con otras zonas de España en los que municipios de 10.000 habitantes se consideran pequeños. La respuesta es compleja y, al mismo tiempo, sencilla. Estas siempre han sido tierras duras y complicadas. Ya os comentaba en otra entrada que la población actual de estos lugares viene de épocas recientes, en términos históricos. Durante la Reconquista la franja sur del Duero era tierra de nadie, una zona prácticamente despoblada que servía de frontera entre los reinos cristianos del norte y Al-Andalus. Cuando León y Castilla avanzaron hasta más allá de Gredos, la frontera entre los dos reinos quedó establecida en lo que hoy es la frontera entre Salamanca y Ávila. De ahí lo de Aldeaseca de la Frontera o Zorita de la Frontera. Y lo que había sido una zona despoblada, se repobló con gentes del norte y se convirtió en zona de guerra. G