El otro motín de Salmoral

Que la música ha sido importante en la historia de nuestro pueblo no es algo que venga yo a descubriros. Es algo que va en la esencia de lo salmoraleño y que, como tantas otras cosas, ha quedado diluido con el tiempo. 

Y aquí van dos anécdotas históricas para demostrarlo: 

El 18 de agosto de 1908 el periódico El Adelanto recoge una breve nota acerca de una "alteración del orden público" que tuvo lugar en Salmoral en la noche del 16 de agosto. Sin saber bien qué es lo que había sucedido, el periódico señala que el alcalde envió "un propio" a Peñaranda para solicitar el auxilio de la Guardia Civil. Agentes de los puestos de Peñaranda y de Zorita se presentaron en Salmoral cuando ya el jaleo había pasado. A día 18 no se tenían más noticias de lo sucedido y de qué lo había provocado. 

Pero al día siguiente, el 19 de agosto, el Adelanto da más detalles de lo acaecido. Al parecer, lo que motivó el motín y la jarana en la noche de San Roque fue la decisión de los mayordomos de contratar dos bandas de música de fuera del pueblo. 

Enterados los mozos del asunto, pidieron al alcalde que tocaran las dos bandas que existían en esos momentos en Salmoral y no los músicos llegados de fuera. Como el alcalde no atendió a esta petición, formaron el motín que terminó con la intervención de la Benemérita.

¿A quién se le ocurre contratar músicos de fuera para el día de San Roque teniendo en el pueblo? 

La segunda anécdota ocurrió un años después, en 1912, cuando unos sacerdotes jesuitas del colegio San José de Valladolid acudieron a predicar a la iglesia de Salmoral. Refiere el periódico El Salmantino que "tres mozalbetes desvergonzados" de nombres Antonio Muñoz, Manuel Nieto y Joaquín García, "provistos de dulzaina y tamboril", organizaron en la plaza del pueblo, a la puerta de la iglesia un "bullicioso baile, escandalizando e interrumpiendo a los oradores". Siendo interpelados para que se callaran, dijeron que nada de eso y continuaron con la fiesta hasta que apareció la pareja de la Guardia Civil y fueron denunciados. 

Estoy segura de que aún hoy si nos situamos en la plaza y nos concentramos podemos escuchar algo de aquel baile bullicioso y rebelde de hace más de un siglo. 

Seguiremos informando.




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